Puntos suspensivos



Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas
el solo de pijamas con sordina
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño
los teléfonos que hablan con los ojos
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa
remendar las virtudes veniales
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa
cuando al punto final de los finales
no le siguen dos puntos suspensivos.


Ciento Volando de Catorce

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